Pedro García CuartangoSEGUIR
Actualizado:29/06/2021 00:10h
Guardar
Nadie conocía su nombre. Ni su origen, ni su identidad. Ninguno sabíamos de dónde venía ni quién era. Pero un buen día, hace tres o cuatro años, desapareció. Y jamás hemos tenido noticias suyas ni le hemos vuelto a ver. ¿Vive?
Se convirtió en una figura familiar para los vecinos de Chamartín. Dormía sobre unos cartones en el soportal de un colegio religioso. Se levantaba cada día al amanecer, guardaba sus objetos personales en varias bolsas y dirigía sus pasos a un parque cercano si el tiempo era favorable.
Allí pasaba las horas, toda la jornada. Su única compañía era una pequeña radio que llevaba siempre consigo como su más preciada, su única pertenencia. Mi mujer le bajaba algunas mañanas
Suscríbete para leer esta noticia
- Disfruta 5 meses de todos los contenidos exclusivos de ABC.es por solo 5 €/mes
Suscríbete
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Más información
Opiniones relacionadasTemas